La Espina Bífida es una malformación congénita que se produce cuando la parte del tubo neural que forma la médula espinal no se cierra completamente, no fusionando correctamente uno o varios arcos vertebrales, por lo que la médula espinal queda sin protección ósea.

Esta malformación afecta a tres de los principales sistemas del organismo: el sistema nervioso central (SNC), el aparato locomotor y el sistema genitourinario. La afectación del SNC produce Hidrocefalia en el 80% de los casos de mielomeningocele y pérdida de sensibilidad, movilidad y debilidad muscular en los miembros inferiores, más o menos amplia en relación al nivel de localización del mielomeningocele. Otras secuelas que pueden producirse son : Alergia al látex, debilidad de los músculos de la vejiga y del tracto intestinal, pubertad precoz o dificultades de aprendizaje.
Existen varios tipos de Espina Bífida:
- Oculta: Se caracteriza por presentarse un pequeño hoyuelo o bulto en la zona lumbar baja, en ocasiones con algún mechón de pelo. Puede no provocar síntomas o una mínima lesión neurológica y por lo tanto pasar desapercibida.
- Meningocele: Un quiste o saco que contiene membranas de la capa protectora de la médula espinal (meninges) se asoma por la apertura de la columna vertebral. En este saco hay líquido cefalorraquídeo y normalmente no hay daño en los nervios, por lo que suelen presentarse menos secuelas.
- Mielomeningocele: Se presenta como una bolsa con el tejido nervioso medular expuesto y sin cobertura cutánea. La bolsa contiene líquido cefalorraquídeo, nervios y placa neural. La médula no se ha desarrollado de forma normal, por lo que ocasiona la parálisis de los músculos y una pérdida del sentido del tacto, por debajo de la lesión. El grado de la parálisis depende del nivel de la lesión.